El agua juega un papel importante para las plantas por sus efectos sobre fenómenos físicos diversos, como el transporte de nutrientes, la transpiración y la reducción de la temperatura de las hojas, el transporte de metabolitos, la fotosíntesis y la respiración. Es un hecho conocido que cuando los estomas se cierran por un déficit hídrico, los intercambios gaseosos entre la hoja y el aire disminuyen. Se observa así mismo una estrecha relación entre la absorción de agua por la planta y el desarrollo de su biomasa.

Es precisamente en los cultivos protegidos donde se puede percibir mejor la importancia del aporte de agua por medio del riego, ya que la pluviometría es nula. Así mismo, al ser un espacio cerrado, el propio sistema de riego tiene gran influencia sobre su clima, puede constituir uno de los métodos de regulación de la humedad del aire y de la temperatura del suelo.

Por todo ello merecen una especial atención la elección y manejo del sistema de riego.

  • Riego por aspersión, se realiza generalmente por medio de minipulverizadores o microaspersores. Éstos pueden colocarse suspendidos sobre las plantas o sobre el suelo. El primer sistema proporciona mejor humidificación, pero debe utilizarse agua muy pura para evitar manchas de sal en las hojas.
    Su uso se limita a cultivos no alineados (número de plantas/m² elevado, como lechugas) o a cultivos sensibles a la sequedad del aire (como pepino y rosa) y en general cuando el nivel de humedad atmosférica es bajo.
  • Carros de riego, se trata de un sistema de riego completo, de fácil instalación, que permite cubrir gran superficie de riego, ágil en cambios de producto y que asegura una presión de agua constante. Desde un panel de mando central podemos controlar el número de viajes, velocidad de trabajo y sector.
  • Riego por goteo, es el sistema más extendido en cultivos protegidos por sus muchas ventajas, tales como la posibilidad de automatización y fertirrigación, las pocas pérdidas por evaporación, etc.
    Permite la utilización óptima de agua y abonos. El agua aplicada por este método se infiltra hacia las raíces de las plantas irrigando directamente la zona de influencia de las raíces a través de un sistema de tuberías y emisores (goteros).